Un hilo de
sol,
tenue y
travieso,
se ha
colado por el ventanal
siempre
mudo y complaciente.
Tu imagen
desnuda y etérea
amanece
incitadora,
suavemente
iluminada
por la
penumbra matinal.
A través
de tus sedas,
cómplices
y seductoras,
se insinúa
tu cuerpo
pleno de
verbo y pasión...
Y te
siento libre y eterna
al abrazo
del deseo;
y ante
esta entrega irremediable
a la
concavidad de nuestra unión.
¡En
nuestro amanecer otoñal
seguimos
esculpiendo
memorias
al agua y al fuego
y a lo
sublime de la piel y el alma...!
MARIO
FRANCESCHI
SAN JOSÉ,
COSTA RICA
mafracha57@hotmail.com
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