Entre el
ramaje del bosque encantado
fue cuando
te vi por primera vez
tu sinuoso
cuerpo estaba mezclado
con
abedules, resaltando tu desnudez.
Gotas de
rocío por tu espalda caían
arañando
mi pobre alma de placer
tus
lejanos suspiros me envolvían
absorto
estaba, no sabia que hacer.
De pronto,
la sangre alborotó mi corazón
estallando
mi cuerpo con rapidez
y al darme
cuenta de aquella reacción
comprendí
que allí, dejaba mi niñez.
JOSEP
DURAN USON
BARCELONA,
ESPAÑA
josepduran48@gmail.com
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