Recorrerte,
despacio, toda…
acariciar
tu cuerpo por horas;
extraer tu
esencia,
amarte a
plena conciencia
de
sumergirme en tu pasión
con
desbordante emoción
y dejar en
tu ser tatuado,
para
siempre consagrado,
el
recorrido de mi boca
que, me
dices, provoca
desesperación,
angustia y locura,
a
sabiendas que no acuda
a devolver
el íntimo sosiego
al cual,
definitivamente me niego
porque te
deseo siempre
excitada,
desnuda, ardiente,
con ese
aroma tuyo
que se
hace murmullo,
en mi
oído, hasta distante:
mi amante,
por ti…anhelante.
JESÚS A.
HERRERA.
Escritor y
profesor universitario.
MARACAIBO,
ESTADO DE ZULIA, VENEZUELA
No hay comentarios:
Publicar un comentario